Maridar queso y vino es un arte que implica combinar sabores y texturas de manera que se complementen y realcen mutuamente. Te compartimos algunas pautas generales para maridar queso y vino de manera exitosa:
Similar con Similar: En general, es una buena idea combinar quesos y vinos de la misma región o país. Las tradiciones culinarias locales a menudo resultan en combinaciones naturalmente armoniosas.
Equilibrio de Intensidad: Empareja quesos y vinos que tengan una intensidad de sabor similar. Los quesos suaves suelen ir mejor con vinos ligeros, mientras que los quesos más fuertes y maduros pueden requerir vinos más robustos.
Contrastes: Los contrastes también pueden ser efectivos. Un vino ácido y fresco puede equilibrar la grasa de un queso cremoso. Del mismo modo, un vino dulce puede contrastar con un queso salado.
Quesos Frescos: Quesos frescos y suaves, como mozzarella, tienden a combinar bien con vinos blancos ligeros o vinos espumosos.
Quesos Suaves: Quesos de pasta blanda se llevan bien con vinos blancos más ricos o tintos ligeros.
Quesos Curados: Los quesos curados, como el sardo, se pueden maridar con vinos tintos de cuerpo medio.
Quesos Azules: Los quesos azules intensos, como el roquefort o el azul, a menudo se complementan con vinos dulces, como los vinos de postre oporto.
Maridar es subjetivo, así que no dudes en experimentar con diferentes combinaciones para encontrar tus propias preferencias.
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